El tricolon es un recurso retórico que te ayudará a estructurar tu presentación con rapidez y eficacia. Descubre cuantas ideas debe tener tu presentación, como estructurar el contenido y que beneficios obtendrás.

¿Cuál es error más frecuente en la elección de ideas?

Decidir qué ideas vamos incluir y cuales vamos a descartar genera dudas y ante la duda solemos preferir que sobren ideas que no que falten. Es una manera de protegernos; así, nadie podrá decir que la exposición no ha sido completa, que ha faltado información o que no la hemos preparado suficientemente. Al fin y al cabo, somos nosotros y no otro el que está allí para hacer la presentación. Se nos presupone autoridad en la materia, queremos que nuestra audiencia nos vea seguros, competentes y a poder ser que salga colmada de conocimientos. Este es uno de los errores más comunes y la génesis de muchos problemas cuando hablamos en público. Grábatelo a fuego: la presentación no es para nosotros sino para nuestra audiencia. No se trata de demostrar nada sino de asegurarnos que nos entienden y nos recuerdan después de la charla. Y para que eso pase, no podemos atiborrarles de ideas y datos. Menos, es más; también cuando preparamos nuestra presentación.

¿Qué pasa si hay demasiadas ideas en una presentación?

¿Te ha pasado alguna vez preparando un examen que has decidido trabajar más una parte del temario que otra?, ¿por qué? Cuantas veces has ido al supermercado con la lista de la compra, y al final hay algún producto que no acabas comprando ya sea porqué hay mucha cola, te falta tiempo, no lo encuentras…pero no lo compras. ¿Cómo decides el producto descartado? Cuando tenemos un listado de elementos es inevitable pensar que alguno de ellos es prescindible o al menos no tan importante como el resto. Si nuestra presentación tiene demasiadas ideas, nuestra audiencia va hacer lo mismo que con los exámenes, priorizar. El criterio que utilicen es lo de menos, puede ser por el tiempo que inviertes en cada idea, o por la familiaridad con el contenido, o porque hay una aceptación previa etc. La realidad es que serán ellos los que decidan cuáles son las ideas más importantes, no tu. Y eso es lo último que necesitas.

¿Cuántas ideas debe tener mi presentación?

El tricolon es la respuesta. 3 es el número ideal, pero si decides que tu presentación se debe estructurar entorno a 4 ideas está bien y si tiene 5 también. Eso sí, si puedo hacer la carta a los 3 reyes magos te pediría que siempre que puedas utilices 3 ideas. Relacionar 3 ideas, 3 conceptos, 3 términos, 3 elementos; todo aquello que se estructura en 3 puntos se conoce en el mundo de la oratoria como tricolon. Y es un recurso infalible. ¿Por qué 3 ideas? Porqué culturalmente un mensaje que se sostiene sobre 3 ideas, nos parece un mensaje redondo, completo, sólido. ¿Y qué nos pasa cuando nos encontramos con algo así? Que es fácil de entender, aceptar y compartir. Justo lo que queremos que pase cuando nuestro público escucha una presentación. Aristóteles hace referencia constante al tricolon en su libro Retórica cuando explica la importancia del trío Logos – Ethos – Pathos para construir discursos poderosos.

Ahora que empiezas a familiarizarte con el significado de esta palabra, explora cuantos tricolons nos acompañan en nuestro día a día y si te transmiten esa idea de plenitud.

  1. Llegar ver y vence
  2. Ver, oír, callar
  3. Bueno, bonito y barato.
  4. Libertad, igualdad y fraternidad
  5. Por tierra, mar y aire
  6. Sangre, sudor y lágrimas
  7. El bueno el feo y el malo
  8. Más rápido, más alto y más fuerte (JJOO París 1900)
  9. Escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol
  10. La santísima Trinidad
  11. Trilogías
  12. La Pinta, la Niña y la Santamaría
  13. Los 3 reyes Magos
  14. Los 3 cerditos
  15. D’artagnan y los 3 mosqueteros

Tenemos tríos hasta en la sopa. Trios de ahora y de siempre.

¿Cómo estructuro mi presentación a partir de un tricolon?

Jerarquizando la información. Cada idea principal se sostiene sobre 3 ideas secundarias que a su vez se sostienen sobre otras 3 y así sucesivamente. Vamos de la idea general al detalle. La audiencia sigue con facilidad la explicación y tú te desvías menos del contenido y si lo haces podrás retomar con agilidad el hilo de lo que decías. Puedes incluir en los niveles inferiores todos aquellos datos, ejemplos, historias, experiencias, méritos que consideres sin miedo a desorientar a tu audiencia ni desorientarte tú. ¿Va nuestro público a recordar las ideas menores? La gran mayoría no, pero sí va a tener la sensación que es un discurso bien argumentado, redondo y sin fisuras. Nuestro objetivo es que nuestro interlocutor pueda compartir el contenido de la charla explicando las 3 ideas principales y la conclusión. Y con un tricolon bien sostenido, esto está garantizado.

Una consideración, lo que te propongo es la carta a los 3 reyes magos, desplegar un árbol con 3 ideas sobre 3 ideas sobre 3 ideas es la perfección. No es necesario que siempre sea así, cada presentación es un mundo y podemos soportar nuestras 3 ideas sobre otras estructuras secundarias muy útiles que puedes ver aquí .

¿Qué beneficios tiene estructurar mi presentación con un tricolon?

  • Entender, recordar y compartir con facilidad la información. Y eso sirve no solo para tu audiencia sino para ti. Fácil de entender cuando lo preparas, fácil de recordar cuando lo explicas y fácil de transmitirlo en tu exposición. Ganas tu y sobre todo gana tu audiencia. ¿Dejarás escapar este win-win?
  • Priorizar el contenido por su importancia. La información se distribuye horizontalmente y por niveles de importancia. Si hemos calculado mal el tiempo o algún imprevisto nos ha dejado menos minutos para la charla, no hace falta que corras, descarta las ideas menores que hay en cada una de las 3 ideas principales y arreglado. De este modo ni el contenido ni tu manera de comunicar se verán afectados.
  • Improvisar. Puedes salir del contenido y volver a entrar fácilmente porque controlas la información que has dicho y la que te falta por decir. Incluso puedes contestar alguna pregunta que haga referencia a algo que vas a explicar más tarde o que no esté incluido en la exposición y volver donde te habías quedado sin problemas.
  • Reciclar fácilmente nuestras presentaciones. Muchos ponentes preparamos una charla completa con toda la información estructurada desde el tricolon. En función del tiempo que tengamos asignado en nuestra intervención desarrollamos más o menos nuestro tricolon. Eso nos permite ahorrar mucho tiempo, La estructura es la misma y los conceptos troncales también, pero la información menor (ejemplos, historias, datos…) los personalizamos para que el público sienta que esa charla la hemos preparado especialmente para ellos.
  • Gestionar eficientemente el turno de preguntas. La penúltima cosa que debes hacer antes de acabar tu presentación es abrir el turno de preguntas si es que así está programado. El tricolon te permite saber dónde ir a buscar la información para responder la pregunta y sobre todo a relacionarla con lo que has explicado. El tricolon no va a solucionar aquellas preguntas inoportunas e incomodas, aquí sí encontrarás algunos recursos para lidiar mejor con ellas. (preguntas incómodas).

Ahora que ya conoces el tricolon, la próxima vez que prepares tu presentación, piensa en cuál es el mensaje o conclusión que quieres transmitir y busca las 3 ideas troncales que mejor pueda sustentarlo. Una vez lo tengas el resto caerá por su propio peso.