Hace unos días di una conferencia en el Meet and Share que organiza la ESIC de Barcelona. El objetivo era ofrecer a los estudiantes las herramientas necesarias para afrontar con éxito una entrevista de trabajo.
Una entrevista de trabajo es tu mejor oportunidad para darte a conocer
En general, los estudiantes se enfrentan a su primera entrevista de trabajo con un hándicap: no tienen experiencia laboral, al menos en el sector del cual se han especializado. Esto no tiene porqué ser un problema si sabemos cómo encararlo.
Los humanos decidimos desde tres partes de nuestro cerebro: desde la parte racional, desde la parte instintiva y desde la emocional. La clave está en saber que la gran mayoría de nuestras elecciones las tomamos desde la emoción.
Una persona de recursos humanos ya ha estudiado tu curriculum, ya sabe lo que has hecho y no hace falta que se lo vuelvas a contar. ¿Qué busca esa persona? Pues ver y entender que te ha llevado a buscar este trabajo, qué objetivos tienes, qué retos te planteas, qué mejoras quieres lograr, qué miedos tienes, etcétera.
Y todo esto se encuentra precisamente en la parte emocional.
Por lo tanto, si nos encontramos delante de un proceso de selección laboral, debemos tener un objetivo claro: estimular la parte más emocional del entrevistador. Coloquialmente, a eso se le llama, conectar con la persona que tienes delante.
Es decir, debemos potenciar la actitud, frente la aptitud. La primera no se puede comprar, no se puede adquirir, la tienes o no la tienes. La segunda se adquiere en la formación, trabajando día a día.
Os dejo un ejemplo personal:
“A los 18 años, justo cuando empezaba la carrera, me planté delante de los estudios de una de las grandes cadenas de radio de Cataluña, COM Ràdio (actualmente, La Xarxa). Lo hice con mi pobre currículum bajo el brazo pero sabiendo que no tenía nada que perder.
Cogí el ascensor junto a una mujer e imaginé que era una periodista de la cadena. Así que jugué con las cartas que tenía: mientras subimos los 4 pisos que llevaban a la rádio, le conté todo lo que puede de mi.
Supongo que a esa periodista le interesó nuestra charla porque continuó hablando conmigo mientras entrábamos dentro de la rádio y me invitó a un cafè. De esta forma pude sortear al personal de seguridad y logré el primer objetivo: estaba dentro.
Después de hablar un rato, la periodista me enseñó un caja llena de currículums y me dijo: “No tienes ni la carrera ni experiencia profesional como periodista, así que no dejes tu currículum aquí. Nunca saldría de la caja”.
Lo interesante de todo es que, como alternativa, me dió el contacto de la secretaria del jefe de programas. Y así cumplí mi segundo objetivo: tenía mi primer contacto.
Llamé a la secretaria y le dije que debíamos concertar una entrevista con su jefe cuando antes. Lo expresé de tal forma que ella entendió que era una reunión ya pactada y que sólo faltaba cuadrar agendas.
Me concedió la entrevista y al cabo de unos días pude hablar con el jefe de programas de la radio. Le conté cómo había llegado hasta él y, gracias a mi actitud, obtuve mi primer trabajo como periodista. “
Entiendo perfectamente que los tiempos han cambiado y que es difícil lograr tu primera entrevista de trabajo de la misma manera que lo hice yo. Pero ahora hay otros canales para demostrar tu actitud y destacar: cuando yo empecé de periodista, apenas se usaba el mail y las redes sociales no existían. ¡Aprovéchalo!
Lo repito: cuando estés frente a tu primera entrevista de trabajo, ten muy presente que la mayoría de decisiones se toman desde la emoción.
Entonces, aprovéchalo y focaliza la entrevista hacia tu actitud.
Cuenta cómo has llegado hasta ese momento, hasta esa entrevista. Seguro que puedes encontrar una historia interesante o una decisión en el pasado que demuestra por qué estás haciendo la entrevista de trabajo.
Habla sobre cómo decidiste estudiar lo que has estudiado, sobre lo que te apasiona del sector o sobre tus proyectos personales que haces en tu tiempo libre.
Cuenta por qué quieres afrontar los próximos años de tu vida trabajando en esa empresa, tus motivaciones y aspiraciones, tu capacidad de superación y los nuevos retos que esperas encontrar.
Si no tienes experiencia laboral, pon ejemplos de cómo te desarrollas en el mundo académico: cómo has liderado trabajos en grupo, como has logrado superar presentaciones en tu clase, etcétera.
Aquí podéis encontrar ofertas de trabajo y formaciones para mejorar vuestros conocimientos y aptitudes.
No uses tus aptitudes para demostrar que pueden contratarte. Usa tu actitud para que demostrar que lo quieren hacer.