En este post os voy a explicar qué es la anáfora y en qué se basa.

El Ethos, el Logos y el Phatos

La única persona que ha establecido una estructura de elementos para realizar un buen discurso persuasivo es Aristóteles. Concretamente, el filósofo griego dijo que se necesitan tres elementos: el Ethos, el Pathos y el Logos. La conjunción de estos tres elementos en un discurso compone el tricolon. Es decir, la fórmula de la persuasión.

  • El Ethos es la actitud y el prestigio que tiene un orador, el porqué esa persona está hablando y no otra.
  • El Logos es el discurso lógico, los datos, el conocimiento científico y objetivo. Es la demostración con datos y lógica de la tesis que se presenta.
  • El Pathos es la habilidad que tiene un orador de transmitir la parte emocional de su discurso: saber conectar con el público mediante la emoción.

La semana pasada estuve haciendo una masterclass de persuasión y dediqué buena parte del tiempo a hablar sobre el Pathos, posiblemente la parte más descuidada a la hora de dar discursos. Y en este post os quiero explicar una herramienta para empezar a mejorar esta pata del tricolon.

Emociona con el Phatos

Para emocionar y dominar el Pathos, existen muchos recursos. Lo más importante no es conocerlos todos, sino saber cómo se deben utilizar y cuándo. Por ejemplo, podemos usar: historias, repeticiones, contrastes o retórica, entre otros. Precisamente, dentro de este último recurso, la retórica, es donde me quiero detener. Existe una larga lista de figuras retóricas: el contraste, repetición, analogía y un largo etcétera. De todas ellas, la anáfora es una de mis preferidas, al igual que lo es para muchos políticos.

¿En qué consiste la anáfora? En el caso de la oratoria, se trata de la repetición de una o varias palabras al principio de cada frase de un discurso. En este video que os dejo vemos cómo Michael Prysner, un activista político y veterano de guerra en Iraq, utiliza de forma brillante la anáfora, entre otros muchos recursos persuasivos.

 

¿Por qué la anáfora es tan poderosa?

Primero. Permite estimular la voz y eso despierta el cuerpo. Cuando utilizas esta figura subes el volumen de tu voz al inicio de cada repetición y es muy complicado que el cuerpo no acompañe ese cambio, aunque sea inconscientemente.

Segundo. La anáfora permite anclar el mensaje que es importante a base de repetir una y otra vez una idea. Es ideal utilizar este recurso cuando quieres destacar un punto clave de tu idea, tu mensaje principal o tu conclusión.

Tres claves para utilizar la anáfora de forma correcta

Primera. Poner énfasis en lo que dices y subir el volumen.

Segunda. Utilizar los silencios para dar fuerza a la anáfora. No es un recurso que se deba de utilizar hablando rápido. Si le pones pausa a tu discurso, aún tendrá más fuerza porque te saldrá natural subir el volumen de tu voz.

Tercera. Utilizar un lenguaje plano. No funcionan bien las anáforas con lenguaje complejo y frases largas. Que sean frases cortas para que tengan intensidad.

Para terminar, os dejo el video que publiqué en mi canal de Youtube donde hablo de ello. No dudéis en comentar y dar vuestra opinión.

 

 

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